viernes, 23 de diciembre de 2011

DEDICADO A ÁLEX Y DAVID

SIEMPRE OS QUERRÉ


  

Colín estaba muy enfadado y tristón.
Se puso a tirar, a romper y a derramar,
a gritar, a llorar, a golpear y a patalear.
Rompió, astilló, machacó y aporreó… 
-¡Ay Dios mío! -dijo su tía-. 
¿Qué es todo este lío?

 
  
Y Colín dijo:
- Soy un zorro pequeño, enfadado y tristón
y nadie me quiere de corazón. 
-¡Pero, Colín…! -dijo su tía-.
Enfadado o no,
pase lo que pase,
siempre te querré de corazón.
 
Y Colín dijo: -Si fuera un oso pardo,
¿todavía me querrías y me cuidarías?
-Pues claro -dijo su tía-.
Seas oso o no,
pase lo que pase,
siempre te querré de corazón.
 



Y Colín dijo: -Si me volviese gusano,
¿todavía me querrías y me mimarías?
-Pues claro que sí -dijo su tía-,
gusano o no,
pase lo que pase,
siempre te querré de corazón. 
 -¿Pase lo que pase?
-dijo Colín, y sonrió.

 
¿Y si fuera un cocodrilo?
Y su tía dijo:
-De besos y mimos te cubriría
y por las noches, te arroparía.
 
-¿El cariño se gasta?
-preguntó Colín-.
¿Se rompe o se dobla?
¿Se puede coser o pegar?
¿Se puede arreglar?
 
-¡Vaya, vaya! -dijo su tía-,
tantas cosas no sé,
pero te aseguro
que siempre te querré.
  
Y Colín dijo:
-Pero, cuando te mueras y te hayas ido, 
¿Me seguirás queriendo? 
¿El cariño sigue vivo?
  Su tía lo llevó, amorosa,
a ver la noche serena
con la luna luminosa
y las brillantes estrellas. 
 
-Colín, fíjate en esos luceros
que brillan como diamantes:
aunque algunos ya murieron
siglos y siglos antes…
 
…siguen brillando de noche
el año entero... 
 
...El cariño, como su luz,
no muere, es duradero.  
SIEMPRE TE QUERRÉ
 
                             Debi Gliori

Dedicado a mis sobrinitos 
Alex y David  siempre os querré

viernes, 9 de diciembre de 2011

Proverbios 22:6

 
Tus hijos no son tus hijos,
son hijos e hijas de la vida deseosa  de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti 
y  aunque estén contigo no  te pertenecen.


Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues,
Ellos  tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas,
porque ellas, viven  en la casa del mañana,
que no puedes visitar ni siquiera en sueños.


Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque  la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación de tu mano de arquero
sea  para su felicidad. 


JOSUÉ CON SU PAPI

 INSTRUYE AL NIÑO EN SU CAMINO
Y AUN CUANDO FUERE VIEJO
NO SE APARTARÁ DE ÉL.





Josué con su violín